Consideraciones legales en los campos de la ingeniería
Nils Rosado Vazquez
Tecnología y transformación social
Vivimos en una era de cambios acelerados en los ámbitos económico, político y social. Sin embargo, estos fenómenos no ocurren de forma aislada: la tecnología ha desempeñado un papel fundamental en su configuración. Gracias a ella han surgido nuevas carreras, especialidades e investigaciones, redefiniendo las áreas del conocimiento y el quehacer humano.
Uno de los hitos que marcó este crecimiento fue el enunciado de la llamada Ley de Moore en 1965, formulada por Gordon E. Moore, cofundador de Intel, quien predijo que:
“El número de transistores en un microchip se duplica aproximadamente cada dos años.”
Este principio impulsó un desarrollo exponencial en la capacidad de procesamiento, permitiendo automatizar procesos y abrir nuevas oportunidades laborales.
La Inteligencia Artificial como nuevo paradigma
En los últimos años, una de las ramas más influyentes de la informática ha sido la Inteligencia Artificial (IA), cuyo propósito es diseñar sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana: aprendizaje, razonamiento, percepción y toma de decisiones.
El avance de la IA ha generado opiniones encontradas: desde posturas entusiastas hasta preocupaciones profundas. A pesar de ello, es importante reconocer que todo desarrollo tecnológico debe orientarse al beneficio de la humanidad y respetar principios fundamentales reconocidos universalmente como derechos humanos.
Derechos humanos y bienes jurídicos tutelados
En México, estos derechos son conocidos como bienes jurídicos tutelados, lo que implica que el Estado tiene la obligación de protegerlos. Entre los más importantes se encuentran:
La vida
La libertad
El patrimonio
La seguridad
La salud
Estos bienes están jerárquicamente ordenados en función de su lógica jurídica: por ejemplo, la vida se considera el valor supremo, pues sin ella no puede existir ningún otro derecho, incluida la salud. Todos estos principios están consagrados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Tecnología con responsabilidad ética
Si asumimos que los derechos fundamentales son inherentes a toda persona, entonces la tecnología —y particularmente la Inteligencia Artificial— debe desarrollarse bajo marcos éticos que garanticen su respeto.
Empresas como Microsoft han promovido principios de IA responsable, entre los cuales destacan:
Equidad: Trato igualitario y sin discriminación.
Confiabilidad y seguridad: Funcionamiento robusto en todo tipo de condiciones.
Privacidad: Protección de datos personales y confidenciales.
Inclusión: Diseño que considere la diversidad humana.
Transparencia: Comprensión clara del funcionamiento de los sistemas.
Responsabilidad: Rendición de cuentas por las decisiones tomadas por la IA.
Sin embargo, estos principios aún no constituyen un marco legal formal. Su aplicación depende más de la buena voluntad que de una legislación vinculante. Esto evidencia una brecha creciente entre el vertiginoso desarrollo tecnológico y el marco jurídico que debería acompañarlo.
Impacto laboral y nuevas brechas sociales
Una de las preocupaciones más urgentes es el impacto de la IA en el empleo. Muchos trabajadores temen que la automatización reemplace la mano de obra calificada, lo que pone en riesgo sus medios de subsistencia y, por tanto, vulnera derechos como el patrimonio y la seguridad.
No es una preocupación infundada: ya se han registrado despidos masivos en grandes corporaciones que alegan que la IA realiza las tareas con mayor eficiencia. Este fenómeno alimenta un debate intenso sobre el papel de la tecnología en la justicia social.
Del analfabetismo funcional al analfabetismo digital
Antes, el analfabetismo se asociaba exclusivamente con la incapacidad de leer y escribir. Luego, en la década de 1990, surgió el concepto de analfabetismo tecnológico vinculado al desconocimiento del uso básico de computadoras. Hoy, enfrentamos una nueva forma: el analfabetismo digital, que implica la dificultad para adaptarse a las nuevas aplicaciones, lenguajes, modelos de negocio y redes sociales que rigen nuestra vida cotidiana.
Incluso personas con formación universitaria pueden verse desfasadas si no actualizan constantemente sus competencias digitales. Esta situación puede afectar directamente su desempeño laboral y calidad de vida.
Una invitación al futuro
Ante este panorama, la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV) a través de su carrera en Ingeniería Energética y Mecatrónica, invita a toda persona interesada a prepararse en las nuevas tendencias tecnológicas.
No importa si tu formación inicial no está ligada a las ciencias exactas: el conocimiento siempre es una herramienta de transformación. Actualizarse y capacitarse es indispensable para afrontar con éxito los retos que plantea el futuro tecnológico.
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